En un sentido amplio, la Teoría General de Sistemas (TGS) se presenta como
una forma sistemática y científica de aproximación y representación de la
realidad y, al mismo tiempo, como una orientación hacia una práctica estimulante
para formas de trabajo transdisciplinarias.
En tanto paradigma científico, la TGS se caracteriza por su perspectiva
holística e integradora, en donde lo importante son las relaciones y los
conjuntos que a partir de ellas emergen. En tanto práctica, la TGS ofrece un
ambiente adecuado para la interrelación y comunicación fecunda entre
especialistas y especialidades.
Bajo las consideraciones anteriores, la TGS es un ejemplo de perspectiva
científica (Arnold & Rodríguez, 1990a). En sus distinciones conceptuales no
hay explicaciones o relaciones con contenidos preestablecidos, pero sí con
arreglo a ellas podemos dirigir nuestra observación, haciéndola operar en
contextos reconocibles.
Los objetivos originales de la Teoría General de Sistemas son los siguientes:
- Impulsar el desarrollo de una terminología general que permita describir las características, funciones y comportamientos sistémicos.
- Desarrollar un conjunto de leyes aplicables a todos estos comportamientos y, por último,
- Promover una formalización (matemática) de estas leyes.
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